Junto con la bandera, la escarapela y el escudo, el Himno Nacional integra el conjunto de símbolos patrios con los que los argentinos nos sentimos identificados. El 11 de mayo de 1813, la Asamblea General Constituyente que regía los destinos del país aprobó la letra de la “marcha patriótica”, cuyo autor de la letra fue Vicente López y Planes, argentino, poeta y jurisconsulto, miembro de la Administración de Justicia del gobierno de Juan Manuel de Rosas y luego volcó su apoyo a Juan José de Urquiza. Siendo el autor de la música el catalán Blas Parera, maestro de prestigiosas familias porteñas (Buenos Aires) y destacado organista de la Catedral y de los templos de La Merced y San Ignacio de Buenos Aires, así como de la iglesia de San Francisco en Montevideo (Uruguay). Perseguido por sus ideas liberales termino sus días en una pobre parroquia de Barcelona, probablemente refugiado del poder conservador.
Desde su creación, el nombre de nuestro himno tuvo varias denominaciones: "Marcha Patriótica", "Canción Patriótica Nacional", y "Canción Patriótica", hasta que en 1847 se lo llamó definitivamente "Himno Nacional Argentino. La primera vez que se cantó fue en casa de Mariquita Sánchez de Thomson, el 14 de mayo de 1813. La versión que se ha utilizado hasta ahora fue arreglada en 1860 por Juan Pedro Esnaola.
En 1990, Charly García (cantante) compone una nueva versión en ritmo de rock, asombroso gesto de rebeldía. Criticado por grupos conservadores y vitoreado por la juventud.
Y esta es la versión reducida del Himno:
Oíd mortales el grito sagrado:
Libertad, Libertad, Libertad,
oíd el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad.
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud,
y los libres del mundo responden
al gran pueblo argentino salud.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
Con el paso del tiempo, los argentinos perdimos el entusiasmo y la emoción al interpretar esta “canción” tan nuestra. Quizás nuestro “orgullo” florezca cuando volvamos a tomar conciencia de que la “Libertad” conseguida debemos “alimentarla” con hechos y no con dichos.
MALI