sábado, 23 de marzo de 2013

LOS JESUITAS EN ARGENTINA...

Por MALI


En la región de la Mesopotamia Argentina, formada por las provincias de Corrientes, Entre Ríos y Misiones hubo un proceso de colonización, muy distinto entre ellas, pero donde los Jesuitas tuvieron mucho que ver. Misiones fue la provincia que más se vio afectada por ese “proceso colonizador” jesuítico, hasta que fueron expulsados en 1767.

En 1547 el papa Pablo III, creo la Diócesis de Del Río de la Plata. Y con esta creación llegaron a América y en particular a la Argentina la Orden Religiosa llamada “Compañía de Jesús” cuyos miembros son llamados comúnmente “jesuitas”, al que pertenece el actual Papa Francisco I. Las Ruinas de San Ignacio son ejemplo de ello, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Estas construcciones se encuentran en la localidad del mismo nombre, San Ignacio, en la provincia de Misiones. A unos 3 kilómetros en la margen derecha del Rio Paraná.

Lo sacerdote de la Compañía de Jesús se instalaron allí con el fin de establecer una población permanente en la frontera del estado colonial. Su intención fue hacer sedentarios e instruir en la doctrina cristiana a los guaraníes (guerreros, en lengua guaraní). Este establecimiento permanecería en dicho lugar 150 años, hasta su expulsión por los colonos españoles. Los aborígenes no supieron mantener la estructura diseñada por los jesuitas y rápidamente fue desapareciendo.


Estas reducciones jesuíticas se expanden por todo Sudamérica, hasta llegar a la Patagonia argentina.

Jesuitas como Falkner o Paucke hacen acopio de información sobre
las vivencias y costumbres de estos “pueblos originarios” que plasman en sendos libros, con dibujos incluidos, que dan origen a la etnografía en el actual territorio argentino.


Con el tiempo comienzan a llegar otras órdenes como los Hermanos de Nuestra Señora de Bethlehem, en 1748.

Con la Independencia y la Revolución de Mayo, algunos de estos sacerdotes juegan un papel muy importante, como Manuel Alberti, del lado revolucionario.

Los años siguientes son testigos de la activa participación de muchos de estos misioneros Jesuitas.

A comienzo de la década del ´30 y por alrededor de veinte años la Iglesia, en Argentina, se vio favorecida con una relación amigable ente el Estado y el Vaticano. Influenciada por la gran inmigración Europea. En 1934 se organiza el XXXII Congreso Eucarístico Internacional en Buenos Aires (primer Congreso celebrado en Argentina con el beneplácito del Vaticano).

Con la Presidencia de Juan Perón, se vuelve a ver un alejamiento entre la Iglesia y el gobierno. Según el investigador Roberto Bosca, Perón tenía la intención de crear una iglesia nacional, no cismática pero sujeta al control del Estado para perpetuarse en el poder. Pero vaya uno a saber cual era realmente el problema….! Lo que sí se sabe, es que Perón expulsa a varios Obispos de esa época. También se dice que el derrocamiento del General Juan D. Perón se debió a este conflicto.

Después de muchas “aprobaciones y desaprobaciones”, en 1958 se funda la Universidad Católica Argentina.

Otro tema “espinoso” fue, siendo Onganía presidente, la creación del movimiento Montonero (organización guerrillera Argentina) identificada con la izquierda Peronista, devotos católicos inspirado en el movimiento ultraderechista del sacerdote argentino Julio Meinvielle. Cuyos objetivos iniciales eran desestabilización del gobierno de facto autodenominado “Revolución Argentina” (Onganía, Levingnton, Lanusse / 1966-1973)

La influencia de estos sacerdotes Jesuitas, también llamados Tercer Mundistas, llega hasta nuestros días y sería difícil para mí un “informe” más detallado…..Pero su legado se sigue escribiendo en todos los anales de la historia Argentina.

Hoy, y a pesar de que tuvo que renunciar a su nacionalidad, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, es argentino. Hijo de inmigrantes Italianos, con una extensa carrera dentro de la Iglesia. Fue elegido el 13 de marzo de 2013 por los miembros del Colegio Cardenalicio, tras la renuncia al cargo de Benedicto XVI, en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave. Es además, el primer Pontífice Americano y el primero perteneciente a la congregación Compañía de Jesús…..es un Jesuita, que espero traiga renovados aires a esta Iglesia Católica necesarios para estos tiempos tan convulsionados.

HABEMUS PAPAM!!!

miércoles, 6 de marzo de 2013

ME GUSTA LA GENTE...




Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.


Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.

La gente que nunca deja de ser aniñada.

Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.



Mario Benedetti.

lunes, 4 de marzo de 2013

EL CEIBO...LA FLOR NACIONAL

Por MALI


Hoy revisando algunos recuerdos que traje con mi equipaje desde mi Argentina, encontré algunas viejas y amarillentas fotos de mi niñez. Y eso trajo a mi memoria mi época escolar. Y mi vieja y querida escuela primaria…que ya no existe. Aquel viejo edificio, con grandes ventanales y puerta de entrada de doble hoja, fue derribado para construir un más moderno. El año pasado (2012) hubiera cumplido 100 años de existencia. Pero volviendo a aquel tiempo, recuerdo llegar con mi guardapolvo muy blanco de la mano de alguno de mis hermanos mayores. La escuela se encontraba emplazada en un terreno de grandes extensiones, con un gran jardín al frente. Y un hermoso árbol de Ceibo.

El Ceibo, también llamada seíbo o bucaré se le conoce como árbol del coral, flor de coral o pico de gallo. Su nombre proviene del griego, que significa “cresta de gallo”. Es un árbol originario de Sudamérica, se lo puede encontrar en Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil o Bolivia; y es de porte mediano. Crece en la rivera de ríos, lagos y zonas pantanosas. De follaje verde intenso y una flor grande de rojo carmín. Florece entre los meses de octubre hasta abril. Tiene unas ramas con espinas, por lo que es un poco difícil hacerse con algunas de sus hermosas flores



La madera de su tronco y ramas es débil y porosa que se utiliza para realizar tallas y molduras.

Sus flores se usan para teñido de telas. También tiene propiedades medicinales.
Fue declarado Flor Nacional de la República Argentina (también lo es de Uruguay) por decreto el 23 de diciembre 1942.

CURIOSIDADES

Entre otros considerandos, el decreto 138474 resalta como motivos de la elección:

• Que la flor del ceibo, cuya difusión abarca extensas zonas del país, ha sido evocada en leyendas aborígenes y cantada por poetas, sirviendo también de motivo para trozos musicales que han enriquecido nuestro folklore, con expresiones artísticas de hondo arraigo popular y típicamente autóctonas.

• Que el color del ceibo figura entre los que ostenta nuestro escudo, expresión de argentinidad y emblema de nuestra patria.

• Que además de poseer el árbol del ceibo, por su madera, aplicaciones industriales, su extraordinaria resistencia al medio y su fácil multiplicación han contribuido a la formación geológica del delta mesopotámico, orgullo del país y admiración del mundo.

• Que diversas instituciones oficiales, civiles y militares, han establecido la plantación del ceibo al pie del mástil que sustenta nuestra bandera, asignándole así un carácter simbólico y tradicionalista.


Leyenda


"Cuenta la leyenda que en las orillas del Paraná vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Aunque era fea, en las tardes veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.

Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.

El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros compañeros, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera.

La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.

Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento."






Estudios realizados a este árbol lo catalogan como una de las especies que es capaz de equilibrar un ecosistema. Sus raíces ayudan a estabilizar el suelo y evitar la erosión del mismo. Mientras, que si se encuentra cerca de una fuente de agua ayuda al mantenimiento y a la regulación del sistema hidrológico porque es capaz de almacenar líquido en su tronco en época de lluvia, y lo filtra en estaciones de sequia.


Como en la leyenda, este hermoso árbol es el símbolo perfecto para ser flor Nacional, por su valentía y fortaleza, ambas virtudes casi olvidadas en estas épocas.