En la región de la Mesopotamia Argentina, formada por las provincias de Corrientes, Entre Ríos y Misiones hubo un proceso de colonización, muy distinto entre ellas, pero donde los Jesuitas tuvieron mucho que ver. Misiones fue la provincia que más se vio afectada por ese “proceso colonizador” jesuítico, hasta que fueron expulsados en 1767.
En 1547 el papa Pablo III, creo la Diócesis de Del Río de la Plata. Y con esta creación llegaron a América y en particular a la Argentina la Orden Religiosa llamada “Compañía de Jesús” cuyos miembros son llamados comúnmente “jesuitas”, al que pertenece el actual Papa Francisco I. Las Ruinas de San Ignacio son ejemplo de ello, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Estas construcciones se encuentran en la localidad del mismo nombre, San Ignacio, en la provincia de Misiones. A unos 3 kilómetros en la margen derecha del Rio Paraná.
Lo sacerdote de la Compañía de Jesús se instalaron allí con el fin de establecer una población permanente en la frontera del estado colonial. Su intención fue hacer sedentarios e instruir en la doctrina cristiana a los guaraníes (guerreros, en lengua guaraní). Este establecimiento permanecería en dicho lugar 150 años, hasta su expulsión por los colonos españoles. Los aborígenes no supieron mantener la estructura diseñada por los jesuitas y rápidamente fue desapareciendo.
Estas reducciones jesuíticas se expanden por todo Sudamérica, hasta llegar a la Patagonia argentina.
Jesuitas como Falkner o Paucke hacen acopio de información sobre
las vivencias y costumbres de estos “pueblos originarios” que plasman en sendos libros, con dibujos incluidos, que dan origen a la etnografía en el actual territorio argentino.
Con el tiempo comienzan a llegar otras órdenes como los Hermanos de Nuestra Señora de Bethlehem, en 1748.
Con la Independencia y la Revolución de Mayo, algunos de estos sacerdotes juegan un papel muy importante, como Manuel Alberti, del lado revolucionario.
Los años siguientes son testigos de la activa participación de muchos de estos misioneros Jesuitas.
A comienzo de la década del ´30 y por alrededor de veinte años la Iglesia, en Argentina, se vio favorecida con una relación amigable ente el Estado y el Vaticano. Influenciada por la gran inmigración Europea. En 1934 se organiza el XXXII Congreso Eucarístico Internacional en Buenos Aires (primer Congreso celebrado en Argentina con el beneplácito del Vaticano).
Con la Presidencia de Juan Perón, se vuelve a ver un alejamiento entre la Iglesia y el gobierno. Según el investigador Roberto Bosca, Perón tenía la intención de crear una iglesia nacional, no cismática pero sujeta al control del Estado para perpetuarse en el poder. Pero vaya uno a saber cual era realmente el problema….! Lo que sí se sabe, es que Perón expulsa a varios Obispos de esa época. También se dice que el derrocamiento del General Juan D. Perón se debió a este conflicto.
Después de muchas “aprobaciones y desaprobaciones”, en 1958 se funda la Universidad Católica Argentina.
Otro tema “espinoso” fue, siendo Onganía presidente, la creación del movimiento Montonero (organización guerrillera Argentina) identificada con la izquierda Peronista, devotos católicos inspirado en el movimiento ultraderechista del sacerdote argentino Julio Meinvielle. Cuyos objetivos iniciales eran desestabilización del gobierno de facto autodenominado “Revolución Argentina” (Onganía, Levingnton, Lanusse / 1966-1973)
La influencia de estos sacerdotes Jesuitas, también llamados Tercer Mundistas, llega hasta nuestros días y sería difícil para mí un “informe” más detallado…..Pero su legado se sigue escribiendo en todos los anales de la historia Argentina.
Hoy, y a pesar de que tuvo que renunciar a su nacionalidad, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, es argentino. Hijo de inmigrantes Italianos, con una extensa carrera dentro de la Iglesia. Fue elegido el 13 de marzo de 2013 por los miembros del Colegio Cardenalicio, tras la renuncia al cargo de Benedicto XVI, en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave. Es además, el primer Pontífice Americano y el primero perteneciente a la congregación Compañía de Jesús…..es un Jesuita, que espero traiga renovados aires a esta Iglesia Católica necesarios para estos tiempos tan convulsionados.
HABEMUS PAPAM!!!