Con el exilio económico la persona intenta encontrar los medios para solo subsistir ya que en su país, también, es le es negado. Este estado obliga al exiliado a desarrollar actividades para el que no está preparado, ya sea por falta de capacitación o bien por tener una que nada tiene que ver con el trabajo a realizar. Lo que lleva a al mismo a sentir frustración, sumado al desarraigo, provocando un estado de ánimo difícil de expresar y describir. Más si a dejando en su país de origen familia, amigos…olores, colores.
Los dos exilios son situaciones en donde impera el miedo a lo desconocido, el no saber a que se va a enfrentar. Pero a la vez abriga la esperanza. Eso que ninguna persona debería perder, tanto los “recién llegados” como quienes son capases de “recibir” a estos en tiempos tan frágiles.
Quizás no este “descubriendo” nada pero espero provocar, al menos, de forma conciente o inconciente que recuerden que exilio es igual a inmigración.
Mali
este artículo fue publicado en la Revista Porto Cristo hace algún tiempo..
ResponderEliminar