viernes, 5 de octubre de 2012

Día Del Maestro…



por MALI


Septiembre, es un mes donde los recuerdos de juventud vuelven a mi memoria tan vivos como entonces. Porque además de festejar el comienzo de la primavera, el día 21, y del estudiante; el día 11 se celebra del día del Maestro. Y en el nos vamos a centrar…..  No es porque las otras celebraciones no sean importantes, sobre todo para la juventud que son los que más esperan este día. Realizando todo tipo de actividades al aire libre, siempre que el tiempo lo permita….claro está!


Pero el día 11, para el maestro, el docente, el profesor o como se le quiera llamar a esa persona encargada de impartir delante de unos o varios alumnos la enseñanza de “técnicas” necesarias, que sumado a la educación de los padres en sus casas harán de estos hombres y mujeres capaces de, hasta, modificar el curso de la historia de un país…una nación.

Y porque, en el caso de Latinoamérica, se elige el día 11? Porque es el día que pasa a la inmortalidad Don Domingo Faustino Sarmiento, hombre cuya figura sigue siendo polémica. Sus numerosos artículos y escritos realizados a los largo de 50 años contienen pasajes contradictorios y otros de notable violencia verbal. Pero también es de destacar que él fue quien, por aquellos años del 1850…realizo una importante contribución al saber. Promotor del progreso científico y a favor de la evolución de la educación en una Argentina inquieta, donde fruto de la Independencia se buscaba un “equilibrio” político y social. Fundó numerosas escuelas primarias, la Academia de Ciencias, la Escuela Normal de Paraná (contrató maestros extranjeros), la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Biblioteca Nacional de Maestros y el Observatorio Astronómico de Córdoba. Interesado en la formación profesional de las fuerzas armadas, fundó la Escuela Naval y el Colegio Militar. Fomentó además el desarrollo del comercio, la agricultura y los transportes. Realizó el primer censo demográfico, alentó la inmigración, encargó la reforma del puerto, contribuyó al desarrollo de las telecomunicaciones y contrató a hombres de ciencia extranjeros.

Durante su exilio en Chile Sarmiento participó activamente de las actividades culturales y educativas. Una de sus ocupaciones consistió en crear un sistema de aprendizaje de lectura moderno, que no obligase a estudiar de memoria sílabas aisladas como se acostumbraba en ese entonces, sino un método con fundamento pedagógico y una metodología progresiva. Publicó entonces su Método de lectura gradual (1849). Potenciando los beneficios del método lancasteriano e incluyó consejos para “hacer más natural e intuitivo el aprendizaje”.

Dice la historia que fue un niño muy precoz, que aprendió a leer y escribir a los 4 años por aquel entonces…su padre José Clemente Sarmiento fue su primer maestro. Su madre se llamaba Paula Albarracín.

Fue un activo militante político, por lo que en varias oportunidades se encontró en el exilio. Llegó a ser presidente de la Nación Argentina (1868-1874), pero como verán además fue maestro, subteniente de milicias, escritor, periodista, senador, ministro, director general de escuelas, sociólogo, diplomático y gobernador de su provincia San Juan.

Como escritor se caracterizo por su impulso expresivo. Su obra cumbre fue “Facundo (por Facundo Quiroga) o Civilización y barbarie”, también se destacan: “Recuerdo de mi provincia”, “Viaje por Europa, África y América”, “La educación Popular”, “Campaña del Ejercito Grande”, etc.

Este maestro de maestros, nace el 15 de febrero de 1811, en la provincia de San Juan, en un humilde hogar, convertido, a cien años de su nacimiento en museo histórico. Tuvo una hija, Ana Faustina, quien lo acompaño hasta sus últimos días. Y un hijo adoptivo, Domingo Fidel, más conocido como Dominguito que muere en la guerra contra Paraguay. Este era hijo de Benita Martínez Pastoriza, su segunda esposa, una viuda de la alta sociedad chilena.

En 1887 viajó a Asunción del Paraguay. Pero regresa a Buenos Aires, ya anciano y con su salud deteriorada por la sordera y una insuficiencia cardiovascular y bronquial, los médicos le aconsejaron alejarse de Buenos Aires para evitar el frío invierno de la ciudad. A comienzos de 1888 se embarcó, nuevamente, con su hija Faustina y sus nietos para Asunción.

El 11 de septiembre de 1888 Sarmiento falleció en la capital paraguaya, a los 77 años de edad tan pobre como había nacido, sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires diez días después. Ante su tumba, Carlos Pellegrini sintetizó la reflexión general: “Fue el cerebro más poderoso que haya producido la América".

Muchos monumentos se han levantado en su honor, tanto en Argentina como en el exterior, en Lima (Perú) o en Boston (Estados Unidos). Otro reconocimiento es la de su imagen en los billetes de cincuenta pesos de curso legal en Argentina, además de dos himnos.

“La utopía (orden y progreso de 1880) de Domingo Faustino Sarmiento ha fracasado. En la agenda de la educación democrática, la gente debe ocupar el lugar principal. Claro está que a ella le fue expropiada una buena parte de sus palabras y no podrá articular un discurso alternativo hasta que la recupere. El trabajo de los pedagogos, los investigadores sociales y los intelectuales en general es desmontar este dispositivo de tergiversación de conceptos, restituyéndoles su historia y dotándolos de un sentido nuevo. Para lograr este objetivo, se necesita un Estado democrático, que promueva el diálogo social y equilibre las demandas de libertad y de justicia”, introducción de Adriana Puiggrós en su libro “Volver a educar”, El desafío de la enseñanza argentina a finales del siglo XX (1995).

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